VENECIA MÁGICA...

Este verano pasado he tenido la oportunidad de viajar de nuevo a Italia y recorrer una de las ciudades más fascinantes de Europa.

Junto a Verona, la Toscana y el Lago de Garda (que, si tengo tiempo, serán protagonistas de sendos posts), Venecia ha sido uno de los destinos de las vacaciones.

Venecia es una ciudad tan peculiar, tan diferente, que cada espacio conforma un escenario de belleza y admiración infinitas. 

Por eso y porque muchos ya la conocéis, no voy a extenderme en descripciones o datos prácticos: hay muchas guías excelentes que pueden servir como pauta para descubrirla a los que piensan visitarla. Y es mejor que las fotos que tomamos hablen por sí mismas.

Venecia es un reflejo continuo en las aguas de sus infinitos canales. Miles de troncos de madera la soportan y hacen que flote: los palacios, las iglesias, las casas...

Aquí se aúnan la calle más hermosa y el salón más elegante del mundo: el Gran Canal, al que asoman los palacios más fascinantes, y la plaza de San Marcos, único espacio en Venecia que recibe el nombre de "piazza" (los demás son "campi").

Venecia te atrapa irremediablemente: con sus callejuelas sinuosas, sus puentes, que tejen con hilo invisible toda la ciudad, sus canales plagados de "vaporetti" y góndolas, las gaviotas, omnipresentes a lo largo de todo el Gran Canal y de los muelles, testigos del ir y venir de los turistas...

La mejor manera de descubrir Venecia, a mi entender y según he leído muchas veces, es recorrer en vaporetto la gran S que conforma el Gran Canal a primera hora de la mañana de un extremo al otro.

Y, verdaderamente, es una experiencia inolvidable: la perspectiva para admirar la arquitectura veneciana que se asoma al Canal, es única. Más de un centenar de palacios lo bordean. Palacios que resumen todos los estilos arquitectónicos y que constituyen un auténtico museo al aire libre.

Algo que llama la atención en Venecia es cómo una ciudad tan peculiar y cuyo suelo es tan inestable, tiene tal cantidad de iglesias y casi todas de un tamaño considerable. Ahí están la Basílica de San Marcos, Santa María della Salute, San Giorgio Maggiore, Il Redentore... Y otras menos conocidas pero igualmente sorprendentes y maravillosas como Santa María Gloriosa dei Frari, la iglesia de la Madonna del Orto, Santa María dei Miracoli... Y la mayoría con una magnífica colección pictórica de primer orden en su interior.

Venecia es una ciudad de contrastes desde el punto de vista turístico: frente al masificado "sestiere" de San Marco, siempre atestado de de gente, los de Cannaregio (con el ghetto más antiguo del mundo) y Castello (sede del Arsenale, el gran astillero de Venecia) ofrecen tranquilidad y ambiente genuinamente venecianos.

Es curioso: Pitágoras decía que la belleza es armonía y proporción. Pero Venecia es un claro ejemplo de asimetría y desproporción (callejuelas sinuosas, campaniles torcidos, fachadas desconchadas...). Y sin embargo es, probablemente, la ciudad con los rincones más bellos del planeta.

No podemos olvidar las otras islas de la laguna: Murano, Burano, Torcello... (las más conocidas).

Una excursión por algunas de ellas constituye un tiempo de relax y descanso después de recorrer las intrincadas callejuelas atestadas de turistas de Venecia.

Como leí en alguna parte: "...sólo hay una ciudad en el mundo más hermosa que Venecia y es la sombra de Venecia reflejada en el agua salada de la laguna. Y sólo hay algo que supera a las dos en belleza: su recuerdo..."

Un último consejo: no hay nada mejor que perderse por sus calles, sus canales, sus "campi"... para descubrir lugares mágicos, inolvidables...

Espero que estos pequeños apuntes, apenas unas letras, y las fotos que los acompañan os sirvan para despertar el deseo de visitar por primera vez o volver de nuevo a esta ciudad mágica... e inolvidable.

Por cierto, ahora que se acercan los carnavales ¿tenéis pensado hacer una escapada? Los que ya conocéis Venecia, ¿qué impresión habéis traído? Nos gustaría conocer vuestras opiniones...

María.