Ha llegado ya septiembre, de hecho ya estamos comenzando la segunda semana y nos damos cuenta de que el tiempo pasa muy rápido, sobre todo cuando estamos de vacaciones ¿verdad?
Hemos pasado unas semanas de descanso durante las que hemos disfrutado mucho: momentos para el relax, la lectura, los paseos, los baños de sol, algún que otro viaje... y alguna que otra receta..
Durante este descanso han surgido para nosotras nuevos proyectos de cara a este "curso". Estas inquietudes resultan, por el momento, incompatibles con nuestra actividad bloggera: elegir y elaborar recetas, hacer fotos, redactar las entradas, labores de edición..., es decir, nos resulta imposible dedicar el tiempo que el blog necesita y todos los que nos seguís os merecéis.
Se trata de un "hasta pronto" que queremos despedir con una receta que ha tenido mucho éxito en los desayunos y meriendas veraniegos de nuestras casas: el pan de soda.
Aunque habitualmente publicamos en nuestro blog recetas dulces y repostería en general, hoy vamos a hacer una excepción (el reto Bake the World es la otra), y os mostraremos una manera ultra sencilla de hacer pan.
Se trata del célebre pan de soda irlandés, un pan peculiar y diferente del que, seguro, habéis oído hablar e incluso habéis hecho en alguna ocasión.
Su particularidad estriba en que no necesita amasado ni tiempo de levado ni masa madre ni levadura, al menos la levadura que solemos utilizar para hacer pan.
Nosotras seguimos al pie de la letra la receta de Ibán Yarza; únicamente añadimos unas pasas a la masa. Porque eso sí: si queréis un pan con más personalidad y carácter, añadidle pasas, frutos secos (nueces, avellanas...) o semillas (sésamo, lino...). Incluso fruta seca (las pasas que hemos mencionado, orejones, ciruelas...). Os quedará con un sabor más intenso y sabroso.
La miga es bastante densa y compacta: no queda esponjosa y aireada como la de un pan tradicional, pero su sabor es auténtico sabor a pan.
Y una cosa que nos ha sorprendido: habíamos leído que es un tipo de pan que no se conserva bien y que es preferible comerlo en el día. Pues bien, podemos decir que, en nuestro caso, estaba delicioso el día que lo hicimos y los dos siguientes que es lo que duró. Lo que sí hicimos fue tostarlo, recuperando entonces su textura crujiente y su delicioso sabor. Es más, se ha convertido en nuestro pan favorito para desayunar.
Nosotras lo comimos con queso y mermelada de naranja. Pero las posibilidades son múltiples: le van muy bien la mantequilla salada, los patés...
Aquí os dejamos la receta y la manera de hacerlo.
INGREDIENTES:
- 245 gr. de harina integral de trigo
- 105 gr. de harina panificable
- 280 gr. de agua
- 35 gr. de miel
- 3 cucharaditas de levadura química
- 7 gr. de sal
- un puñado de pasas
ELABORACIÓN:
Antes de seguir, hemos de aclarar algo: como veréis en las fotos, hicimos este pan en un molde de plum cake. Al ser una masa muy húmeda y que requiere un simple mezclado de ingredientes, sin amasar, es imposible darle forma de pan "normal". Así que necesita un molde que le de forma. Ésa es la razón por la que lo hemos utilizado.
Otra cosa a tener en cuenta: precalentaremos el horno desde el principio. Tendremos listos todos los ingredientes y el horno caliente, de modo que cuando la mezcla esté hecha, meteremos el molde inmediatamente a cocer.
Lo primero que hacemos es mezclar en un bol los ingredientes secos: harinas, levadura y sal. Añadimos la miel y el agua y seguimos mezclando. Si tenemos pensado poner frutos secos, ahora es el momento: nosotras pusimos pasas.
Obtendremos una masa pegajosa semejante a barro. Sin mezclar más, la depositamos en el molde previamente engrasado con mantequilla y enharinado. Espolvoreamos con harina la superficie y metemos al horno precalentado a 220º.
Lo dejaremos durante unos 40 minutos. Si vemos que se oscurece demasiado, pondremos papel de aluminio por encima.
Transcurrido este tiempo, lo sacamos y dejamos enfriar unos minutos. Después, sacamos el pan del molde y lo depositamos sobre una rejilla.
Nosotras no pudimos esperar y probamos una rebanada aún tibia con queso y mermelada: muy bueno aunque con el sabor no asentado todavía. Con el paso de las horas, se intensifica el sabor y el pan se vuelve más firme.
De todos modos, este pan ha resultado una sorpresa de lo más agradable: saludable, sencillísimo de elaborar y con un sabor delicioso y peculiar.
Esperamos que lo disfrutéis como nosotras.
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Aunque temporalmente no vamos a poder publicar entradas ni hacer comentarios en vuestros blogs, no nos desvincularemos así como así de este mundo bloggero gastronómico que tantas satisfacciones nos ha dado: seguiremos, en la medida de lo posible y siempre que tengamos un ratito, al tanto de las publicaciones, novedades etc., que se vayan produciendo.
Os deseamos un felicísimo regreso y que sigáis disfrutando, como lo hemos hecho nosotras a lo largo de estos meses de actividad bloggera, del mundo apasionante de la cocina.
Hasta siempre.