Este mes de Marzo, Tía Alia nos propone una receta dulce muy sencilla: "Infantes". Nunca habíamos oído hablar de estos dulces, pero lo cierto es que han sido un auténtico descubrimiento: fáciles de elaborar, sabrosos e incluso nos atreveríamos a decir que adictivos. Empiezas por comer una capsulita y, al final, acabas por comerte unas cuantas...
Hemos sido "fieles" a la receta original, pero sólo hasta cierto punto, como casi siempre.
Primero, hemos utilizado la mitad de ingredientes con lo que nos han salido unos 17 "infantes". Y en lugar de usar claras de huevo, hemos utilizado los huevos enteros. Han quedado muy planitos porque no hemos utilizado polvos de hornear (Royal), a pesar de lo cual quedan ligeros, tiernos y esponjosos.
Como aportación nuestra, hemos añadido a la masa unas cucharadas de dulce de leche: junto a la crema de speculoos o la crema de cacao, es uno de los productos que más nos gusta. Somos capaces de tomarlo a cucharadas directamente del bote...
Como nos gusta tanto, una vez hechos, les hemos puesto una cucharadita de crema encima: el resultado es un dulce muy sabroso, con una textura entre magdalena y sobao pasiego, y un sabor delicioso que también nos recuerda al de un bizcocho muy esponjoso. Lo dicho: un descubrimiento.
Vamos con los ingredientes y la elaboración.
INGREDIENTES:
- 125 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar
- 80 gr. de almendra molida
- 65 gr. de harina
- 2 huevos
- un chorrito de coñac
- un bote de dulce de leche (sobrará...)
ELABORACIÓN:
En un bol mezclamos bien la mantequilla ablandada con el azúcar. Añadimos la almendra molida y seguimos mezclando.
A continuación, añadimos los huevos y mezclamos bien hasta que se integren en la masa.
Incorporamos un poquito de coñac y, a continuación, la harina.
Una vez todo bien batido, metemos la masa en una manga pastelera (esto facilita el relleno de las cápsulas) y vamos poniendo un poquito en cada cestilllo.
Antes de acabar de rellenarlos, ponemos una cucharadita de dulce de leche. Y encima, más masa hasta llegar casi al borde: como no crecen mucho, se pueden rellenar bastante.
Precalentamos el horno a 200º. Una vez que alcance la temperatura adecuada, metemos la bandeja con los moldes y dejamos hasta que estén dorados, unos 15 o 20 minutos (dependiendo del horno, ya sabéis...).
Una vez templados, ponemos un poquito de dulce de leche en la superficie.
Cuando todavía están tibios, resultan deliciosos para desayunar o merendar acompañados de café o chocolate caliente.
Si queréis conservarlos algún día más, una lata hermética es la mejor opción.
Que los disfrutéis.