La última propuesta de Bake the World para este 2013 que toca a su fin nos lleva a Alemania. Se trata de un pan dulce, muy típico de estas fechas navideñas y con una larga tradición en la cocina de ese país: Stollen o Christstollen.
Este pan dulce, que suele servirse como postre, tiene una forma un tanto peculiar: lleva un pliegue (se nota más cuando la masa todavía no se ha horneado) a lo largo y es ligeramente más plano que un pan normal. Además, su superficie se espolvorea con abundante azúcar glass. La razón de todo ello es que esa forma "recuerda" (vagamente diríamos nosotras) a un niño recién nacido envuelto en pañales (el azúcar glass desempeñaría ese papel...). Es decir, al Niño Jesús.
La primera mención de este dulce en un documento data del año 1329, como regalo de Navidad a un obispo. Las masas de estos primeros Stollen sólo se podían elaborar con ingredientes sencillos (agua, avena...), ya que durante el ayuno del Adviento, las tradiciones católicas no permitían comer leche o mantequilla.
Después de que la nobleza alemana solicitase en varias ocasiones la inclusión de mantequilla en la receta del Stollen, fue el Papa Inocencio VIII quien en 1491 escribió una carta permitiendo su uso: la denominada "carta de mantequilla". Aunque, al principio, sólo los nobles podían comer este postre, con el tiempo su consumo se extendió por toda la población.
Con el tiempo, también se fue enriqueciendo con otros ingredientes: frutos secos, almendras, fruta confitada, etc.
Aunque se elabora en muchas zonas de Alemania, y con nombres diversos, su origen está en Dresde: sólo los que se elaboran aquí tienen denominación de origen. Así se protegen las recetas de casi 150 pasteleros de esa ciudad y se garantiza al consumidor la originalidad del producto.
Para elaborarlo, nos hemos basado (con alguna variación) en la receta del blog "La Cucharina Mágica". Para las que somos todavía algo inexpertas con las masas y los levados y necesitamos recetas no demasiado complicadas, la propuesta de Noelia nos parecía de las más indicadas por su sencilla y clara explicación.
Sin más preámbulos, vamos con la receta.
INGREDIENTES:
- 500 gr. de harina de fuerza
- 2 sobres de levadura seca de panadero
- 175 gr. de mantequilla
- 50 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 1 yogur griego sin azúcar
- 125 gr. de almendras fileteadas
- 100 gr. de cada una de estas frutas secas: pasas, arándanos y cerezas
- 1 cucharada sopera de ron
- 2 cucharadas de zumo de limón
- nuez moscada, cardamomo...
- piel de limón confitada
- azúcar glass y mantequilla para pincelar la superficie
ELABORACIÓN:
En primer lugar, confitamos las pieles del limón; podéis ver cómo se hace aquí.
En un bol grande ponemos 3/4 de la harina y añadimos la levadura, el azúcar, la nuez moscada, el cardamomo, el ron, el zumo de limón y los huevos. Lo mezclamos todo bien.
A continuación, añadimos la mantequilla ablandada y el yogur. Seguimos mezclando y añadiendo el otro 1/4 de harina: vamos incorporándola poco a poco hasta que consigamos una bola homogénea; puede que necesitemos toda esa harina o puede que nos sobre. Una vez hecha la bola de masa, dejamos reposar tapada como una hora para que leve.
Pasado ese tiempo, colocamos la masa sobre la encimera y la extendemos un poco con las manos o con un rodillo: no hace falta estirarla mucho, debe quedar un grosor de unos 2 cm. Vamos echando las almendras, las pasas, arándanos, cerezas y la piel de limón confitada.
Amasamos de nuevo hasta conseguir que todo se integre bien. Le damos forma alargada y hacemos una especie de pliegue (como se ve en la segunda foto). Ponemos el Stollen sobre papel de horno, en una bandeja, y dejamos que repose otra media hora.
Precalentamos el horno a 200º y bajamos a 180º en cuanto metamos la bandeja con el Stollen.
Horneamos durante unos 50 minutos o una hora: cuando veamos que la superficie está dorada, lo sacamos. Si veis que el pan no está hecho porque la brocheta no sale seca del todo y por encima está ya dorado, ponéis papel de aluminio cubriéndolo.
Recordad lo que decimos siempre: cada uno conoce su horno y sabe en qué momento tiene que sacar la bandeja...
Dejamos que se entibie. A continuación, derretimos un poco de mantequilla y pincelamos la superficie. Seguidamente, espolvoreamos abundantemente con azúcar glass.
Lo sorprendente de este pan dulce es que, por lo visto, debe reposar 3 semanas en sitio fresco para que las frutas desprendan todo su aroma y den el sabor característico al Stollen.
Nosotras, desde luego, no lo hemos dejado tanto. Pero podemos decir que, con el paso de los días, va adquiriendo un sabor más intenso y aromático, muy rico.
Con una taza de chocolate y en estos fríos días de invierno, resulta verdaderamente reconfortante.
Que lo disfrutéis y hasta la próxima receta que publicaremos el 8 de Enero.
Os deseamos a todos
¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!